El talentoso mediocampista que brilló con La Banda recordó lo que fue su segundo paso por la institución. El motivo por el que regresó.
Surgido de las divisiones inferiores de Huracán, Lucho González llegó a River Plate en julio de 2002 y dio inicio a una gran relación con la hinchada gracias a su talento inigualable para manejar los hilos del equipo en el mediocampo. Vistió La Banda durante 3 años hasta que fue traspasado al Porto de Portugal por una millonada y, tras 10 temporadas en el extranjero, tomó la decisión de regresar a Núñez con 34 años de edad.
En aquel momento el futbolista se encontraba en Qatar, pero eligió finalizar su contrato con Al-Rayyan SC para volver a ponerse la camiseta del Millonario. El llamado de Marcelo Gallardo fue clave para que esto suceda y, debido a este movimiento, el mediocampista pudo sacarse una de las espinas más grandes e importantes de su carrera: la de la Copa Libertadores. Ese fue el principal motivo por el que emprendió su vuelta.
Lucho González habló sobre su regreso a River

“Había venido para jugar poco. Marcelo (Gallardo), cuando yo estaba en Qatar, me llamó porque se quería preparar bien para la Copa (Libertadores). El club no me dejaba ir, pero una vez terminado mi contrato volví al país”, explicó Lucho González en Clank. Recordemos que, cuando recibió el llamado del Muñeco, River Plate ya se encontraba en las semifinales del torneo internacional de clubes más prestigioso del continente, por lo que estaba realmente cerca de alcanzar la gloria.
Más adelante, el ex jugador señaló: “Me había quedado con la espina de las semis con Boca, que metí uno de los mejores goles de mi carrera y donde siento que me empezaron a querer los hinchas, y con San Pablo. Sentí que era ese momento, de llegar, jugar y ganar la final. Lo disfruté al máximo por más que venía sin ritmo futbolístico, así como lo hice después con la Suruga Bank y el Mundial de Clubes, desde el rol que me tocara”.
Lucho había sido una de las principales figuras en aquella serie ante el Xeneize en la Libertadores del 2004 e incluso también metió su penal en la tanda; sin embargo, el yerro de Maxi López condenó al Millonario y se despidieron del sueño en su propia casa. Aquel golpe fue durísimo para González, que al año siguiente volvió a dar un gran nivel en este torneo pero no pasó de semifinales. Afortunadamente, diez años después pudo tomarse una revancha y levantar la copa.