Históricamente Colo Colo es un club muy poderoso en el ámbito local. Sin embargo, a nivel internacional, hace tiempo que no figura entre los principales del continente donde los argentinos y brasileños se quedan con todas las luces.
En 1991 hubo una excepción a la regla del poderío argentino, brasileño y uruguayo del momento. Fue cuando Colo Colo tocó el cielo con las manos y le dio a Chile su única Copa Libertadores hasta el momento. Además, fue el primer título internacional de estas características, ya que más tarde llegarían la Copa Interamericana de Universidad Católica o la Copa Sudamericana de Universidad de Chile.
Aquella campaña del “Cacique” fue sumamente intensa con una fase de grupos en la que pasó sin mayores problemas. A su vez hubieron partidos increíbles en el cuadro de playoffs y hasta un escándalo mayúsculo en semifinales. Aunque parece contradictorio, la final fue el partido más sencillo que tuvo en todo el torneo.
Colo Colo y su caminata por la fase de grupos
Colo Colo debió compartir su grupo con Deportes Concepción de Chile y con los ecuatorianos Liga de Quito y Barcelona. Evidentemente el cuadro chileno era uno de los favoritos desde el primer momento, aunque la historia no empezó del todo bien. Fue un empate ante su compatriota por 0-0 en Concepción.
Después de ese momento, todo mejoró para la entidad santiaguina que logró hacerse fuerte en su casa. Primero venció a Barcelona por 3-1, más tarde doblegó al “León de Collao” por 2-0 y, finalmente, aplastó a LDQ por 3-0. Todos estos partidos fueron en el estadio Monumental.
Para cerrar la fase de grupos, debió emprender dos viajes a Ecuador y afortunadamente en ninguno de los partidos terminó con las manos vacías. Primero empató 2-2 frente a “Los Canarios” y tres días después no se rompió el cero ante “La U” ecuatoriana.
Sin derrotas, “El Albo” terminó como líder del grupo con nueve unidades. Liga de Quito y Deportes Concepción lo acompañaron al igualar en la segunda colocación con seis puntos. Finalmente el eliminado fue Barcelona.
Playoffs
Los campeones de la Copa Libertadores saben que el verdadero certamen comienza en la etapa de eliminación directa. En esta línea, el primer rival que se interpuso en el camino del “Popular” fue Universitario de Perú. Todo acabó sin goles en el estadio Nacional de Lima y el verdadero espectáculo se dio el 24 de abril en Chile.
En un partido muy parejo y estudiado, Rubén Espinoza rompió el cero cuando faltaba muy poco para el entretiempo. No obstante, llegó la igualdad por parte de Andrés Aurelio González a los 75 minutos. Era difícil romper el cero, pero lo consiguió “Lun” otra vez cuando ejecutó un penal.
Totalmente distinta fue la llave de cuartos de final, porque toda la historia copera de Nacional de Montevideo se derrumbó por el suelo. En Santiago, Colo Colo goleó por 4-0 con gritos de Rubén Martínez, Espinoza -de penal- y un doblete de Ricardo Dabrowskib.
Poco pudo hacer el “Bolso” en la vuelta y terminó descontando únicamente dos goles con un 2-0 inservible gracias a dos tantos e Luis Alberto Noé. De esta manera, el equipo se metió entre los cuatro mejores equipos de Sudamérica.
La batalla de Macul
Después de enfrentar a un histórico uruguayo, apareció otro de los equipos más importantes del continente. El rival era Boca Juniors, aunque la ventaja para la entidad chilena es que la definición iba a ser en el estado Monumental.
La ida fue muy interesante, aunque las crónicas de la época indican que ambos jugaron más “a no perder” que a buscar el triunfo. Pero “El Xeneize” salió airoso con un triunfo por la mínima por el grito de Alfredo Oscar Graciani con un penal en el amanecer del cotejo.
Una semana después, el 22 de mayo, más de 64 mil personas se congregaron en el recinto santiaguino con el objetivo de ser testigos de uno de los mejores partidos de la década de los 90 en Sudamérica.
En el primer tiempo el marcador no se alteró, pero se vio una enorme hostilidad por parte de ambos equipos. Después llegó la segunda mitad con goles y un acto realmente bochornoso para la historia del fútbol chileno.
A los 64 minutos, Rubén Martínez empató la serie con el primer gol. Sin embargo, dos minutos después “Los Albos” el delirio se duplicó porque Marcelo Barticciotto apareció para estirar la cuenta. En 120 segundos, la historia se había dado vuelta por completo y ahora estaban al frente pasando a la final.
El elenco argentino no se rindió y fue a buscar el empate. Lo logró a los 74 minutos por medio de Diego Latorre quien anotó con un certero cabezazo. La historia parecía finalizada y todos apostaban a que el partido se iba a extender más allá de los 90 minutos, aunque finalmente la historia fue otra. A los 82 minutos, otra vez apareció Martínez para desatar la locura colocolina y provocar una invasión de fotógrafos en el verde césped.
Fue un caos y nunca quedó claro al 100 % lo que sucedió porque las versiones son diversas. Lo cierto es que en un acto repudiable, el jugador boquense Antonio Apud empujó a una cámara de televisión para comenzar los problemas. Los reporteros siguieron dentro del campo y a ellos se le unieron los carabineros que empezaron a correr a los jugadores del cuadro argentino. Estos respondieron y corrieron a algunas personas. Absolutamente cualquier objeto servía como arma.
Finalmente, el juez tomó una decisión pacífica al expulsar a un jugador por lado. La imágen más recordada de la gresca identifica al golero Carlos Navarro Montoya siendo mordido por un perro de la policía. El futbolista, además, fue detenido y liberado bajo fianza con una imposición de salir del país por 50 días.
La gloria eterna para Colo Colo
El torneo continuó y Colo Colo fue el finalista por lo que tenía que dirimir el título ante Olimpia de Paraguay. Sorprendentemente, no hubo ningún argentino, brasileño o uruguayo luchando por el trofeo.
La ida se jugó en el estadio Defensores del Chaco y el portero Daniel Morón fue una de las figuras. Todo acabó sin goles y quienes fueron visitantes lo tomaron como una verdadera victoria. No debemos olvidar que todo se iba a definir en casa del elenco de Macul.
La parte negativa es que este partido de vuelta iba a ser sin Rubén Martínez en el equipo dirigido por el yugoslavo Mirko Jozic. El goleador fue expulsado a los 80 minutos de juego junto al paraguayo Virginio Cáceres por un encontronazo que casi termina en una pelea.
El cotejo de vuelta fue sumamente tranquilo para el local. Comenzó ganando a los 12 minutos por medio de Luis Pérez, quien reemplazó justamente a Martínez. A los cinco minutos de eso, estiró la cuenta y con poco más de un cuarto de hora la historia estaba 2-0 para el dueño de casa.
Desde ahí en adelante, todo fue un trámite y lo que debía hacer CC era aguantar el pitazo final. Esto lo hizo, pero no sin antes liquidar la historia con un último gol de Leonel Sánchez a los 85 minutos para colocarle la frutilla al postre.