Agustín Lozano fusiona pasión por el fútbol y visión empresarial en el club Juan Pablo II College de Chongoyape, con una inversión millonaria y un fuerte compromiso familiar.
El presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, ha desvelado en una entrevista exclusiva con ‘Fútbol Como Cancha' de RPP detalles sobre la propiedad del club Juan Pablo II College de Chongoyape, sumergiéndonos en un relato que fusiona pasión por el fútbol y un proyecto personal que data desde 2015.
“En palabras de Lozano, el club Juan Pablo II es mucho más que un equipo de fútbol: “Es un sueño hecho realidad, un proyecto gestado desde hace años en su mente y materializado en la tierra que posee desde 2007. La transformación de un terreno de cultivo en una villa deportiva es el testimonio de su compromiso con el deporte y el desarrollo local.”
Agustín Lozano, presidente de la FPF.
Juan Pablo II es una inversión a largo plazo
La inversión millonaria no solo abarca la construcción de campos de juego y camerinos, sino también la creación de un entorno natural exuberante, adornado con árboles frutales y cocos que convierten las 5 hectáreas en un oasis deportivo en Chongoyape. Este compromiso no solo es financiero, sino también familiar, involucrando a su esposa como presidenta del club y a su hijo como jugador en otro equipo local, Pirata.
Lozano, apasionado del fútbol y con una visión empresarial, sostiene que un club de fútbol bien administrado puede ser más rentable que las actividades agrícolas, subrayando la importancia de saber proyectarse como dirigente para lograr el éxito financiero en el deporte.

¿Lozano a la reelección de la presidencia de la FPF?
Ante la posibilidad de postularse a la reelección como presidente de la FPF, Lozano asegura que actualmente no está enfocado en ello, centrándose en el desarrollo y consolidación de su proyecto futbolístico en Juan Pablo II. Asimismo, responde a las potenciales preocupaciones sobre un eventual conflicto en la Liga 1 en caso de que Juan Pablo II ascienda a Primera División, citando ejemplos históricos y defendiendo el derecho del club a participar en base al esfuerzo y la inversión realizada durante años.
Sin duda, Agustín Lozano emerge como el artífice de una historia de éxito que combina su pasión por el fútbol con una visión empresarial, demostrando que la inversión en el deporte puede ser tanto una apuesta emocional como un negocio rentable. Su ejemplo de sacrificio y dedicación en la construcción de Juan Pablo II podría inspirar a otros empresarios a seguir su camino, convirtiendo sus propiedades en legados deportivos para las generaciones futuras.