Deportivo Garcilaso superó a Metropolitanos en el último minuto del encuentro reafirmando la buena racha de los equipos peruanos en torneos internacionales.
En las alturas del Cuzco, el estadio Inca Garcilaso de la Vega fue testigo de un momento que quedará grabado en la memoria de los aficionados del fútbol sudamericano. El Deportivo Garcilaso, en su debut en la Copa Sudamericana 2024, enfrentaba a Metropolitanos de Venezuela en un duelo que se convirtió en una montaña rusa de emociones.
El complicado marcador entre Deportivo Garcilaso vs. Millonarios
El partido comenzó con un Metropolitanos decidido a llevarse los puntos de visita. A los 25 minutos, Charlis Ortiz silenció a la afición local con un cabezazo que abrió el marcador. Sin embargo, la alegría visitante duró poco, ya que a los 30 minutos, Gaspar Gentile, con un testarazo certero, igualó las acciones para el Garcilaso.
La intensidad no disminuyó y, antes de que los equipos se fueran al descanso, Ortiz volvió a aparecer. En el minuto 37, el delantero venezolano encontró un balón suelto en el área y no perdonó, poniendo el 2-1 parcial a favor de los violetas.
El segundo tiempo trajo consigo una lluvia de emociones. El Garcilaso, empujado por su gente, buscó con ahínco el empate. Y este llegó desde los once metros. Pablo Erustes, con la frialdad de los grandes jugadores, convirtió el penalti en el minuto 63 para poner el 2-2 en el marcador.
El agónico gol del triunfo del ‘Garci'
El gol de Anthony Gordillo, que definió el triunfo del Deportivo Garcilaso sobre Metropolitanos en la Copa Sudamericana 2024, fue un momento de pura magia futbolística. Ocurrió en el minuto 93, cuando el partido ya se inclinaba hacia un empate. La jugada comenzó con un mal despeje de la defensa venezolana, un error que Gordillo no desaprovechó.
Desde fuera del área, el lateral izquierdo del “Pedacito de cielo” se preparó y ejecutó un disparo potente y preciso. El balón, impulsado por la fuerza de su pierna izquierda, viajó a través del campo, describiendo una parábola perfecta antes de colarse en el ángulo superior del arco defendido por Álvaro Villete. Fue un tiro cruzado desde unos 30 metros que dejó sin opciones al experimentado portero uruguayo.
El gol de Gordillo no fue solo un gol más; fue el grito de un equipo que no se rinde, de una ciudad que vibra al ritmo de su equipo y de unos aficionados que creyeron hasta el final. Fue el gol que puso el 3-2 definitivo y que colocó al Deportivo Garcilaso en lo más alto del Grupo G, dejando en claro que en el fútbol, como en la vida, todo es posible hasta que el árbitro pita el final.