La salida de Manuel Barreto pone a prueba la solidez institucional de Universitario justo antes del mercado de fichajes.
La reciente salida de Manuel Barreto de la dirección deportiva de Universitario de Deportes ha encendido las alarmas en Ate. Aunque su legado es innegable, la transición ocurre en un momento clave, cuando el club ya planificaba la siguiente etapa de fichajes y renovación del plantel.
Esta decisión no solo remueve una figura estratégica, sino que también deja un vacío en medio de la elaboración de los proyectos deportivos para el cierre de temporada y la planificación del 2025. La “U” debe actuar con rapidez para no poner en riesgo los avances conseguidos hasta ahora.
El modelo de Barreto que apostó por el largo plazo
Durante su gestión, Manuel Barreto impulsó una renovación profunda en Universitario. Su enfoque no solo se centró en los resultados inmediatos, sino también en fortalecer las bases del club: formativas, infraestructura y profesionalización interna. Esto permitió establecer procesos claros en materia de captación y fichajes, con una estructura que evitaba improvisaciones y que se apoyaba en criterios técnicos, datos y proyección de rendimiento.
Bajo su liderazgo, la ‘U' se mostró más ordenada en el mercado de pases, apostando por futbolistas con proyección, algunos con perfil bajo, pero con capacidad para crecer dentro de un sistema. Esta planificación resultó en contrataciones como la de Martín Pérez Guedes, Williams Riveros o Diego Dorregaray, quienes se convirtieron en piezas importantes del esquema. Además, se trabajó en la renovación de talentos clave de la casa, evitando fugas y consolidando una base competitiva.
Sin embargo, con la salida de Barreto, hay incertidumbre sobre si ese modelo continuará o si la nueva administración modificará los criterios. La planificación de refuerzos podría sufrir retrasos o redefiniciones, ya que muchos contactos, gestiones y negociaciones estaban bajo la supervisión directa del ahora exdirector deportivo. En un contexto donde Universitario se perfila para disputar torneos internacionales en 2025, no contar con una cabeza deportiva definida puede traducirse en desventajas frente a otros clubes que ya vienen avanzando sus procesos de fichajes.
¿Qué viene ahora para Universitario?
A pesar del impacto que puede tener su salida, Barreto no dejó el club en el caos. Al contrario, dejó un legado bien estructurado que puede sostenerse si se gestiona adecuadamente. Entre sus últimos aportes está la implementación de herramientas tecnológicas para el scouting, la evaluación física de los jugadores y la construcción de un perfil de plantilla ideal, con un equilibrio entre experiencia y juventud.
Uno de los grandes retos para la administración crema será decidir quién asumirá ese rol clave en el corto plazo. Un director deportivo con una filosofía opuesta podría romper con lo ya construido, mientras que uno con visión similar podría garantizar una transición sin grandes sobresaltos. Hasta el momento, desde Universitario no se ha oficializado un reemplazo, aunque se sabe que algunos integrantes del actual equipo de planeación deportiva están tratando de sostener las gestiones en marcha.
El mercado de fichajes está cerca de abrirse, y sin una figura que coordine con claridad los perfiles buscados, la ‘U' podría perder competitividad. Ya hay posiciones identificadas como prioritarias, especialmente en ofensiva y mediocampo, donde el club busca variantes. También estaba en curso la evaluación de préstamos y posibles salidas, aspecto que Barreto lideraba junto al comando técnico.
Un legado en medio de la incertidumbre
Más allá del plano deportivo, Barreto deja un impacto duradero en el modelo institucional de Universitario. Su apuesta por la formación juvenil, por ejemplo, está dando sus primeros frutos. Jugadores como Jhostin Alzamora, Jorge Murrugarra (consolidado en el primer equipo) o Piero Guzmán se beneficiaron de este enfoque. Esto es clave porque la idea era reducir el gasto en fichajes externos potenciando a los talentos de casa, algo que hoy podría tambalear sin una visión continuista.
Consultado sobre su salida, Barreto fue claro: “Mi salida fue por un tema de desgaste… me convenció ver un proyecto con herramientas para ser un cambio”. Esta declaración no solo revela un alejamiento voluntario, sino también su necesidad de reencontrar motivación en un entorno diferente. Su nueva función en la Federación Peruana de Fútbol como Jefe de la Unidad Técnica de Menores indica que seguirá vinculado al desarrollo del fútbol peruano, aunque desde otro ángulo.
En su lugar, la directiva de Universitario debe decidir pronto si buscará un perfil similar al de Barreto o si optará por alguien con mayor experiencia en el extranjero o incluso vinculado a gestiones anteriores. Lo cierto es que el club no puede permitirse improvisaciones, menos aun cuando se perfila como protagonista de la Liga 1 y con aspiraciones continentales claras.
A nivel institucional, la salida también deja interrogantes sobre la estabilidad de la gestión deportiva actual. Barreto había trabajado en estrecha coordinación con el cuerpo técnico y la administración para mantener una coherencia en decisiones estratégicas. Esta armonía podría romperse si no se maneja adecuadamente la sucesión.
La afición espera que la ‘U' mantenga el camino trazado. El equipo está peleando en la parte alta del torneo y no puede permitir que esta salida afecte el desempeño colectivo. En el fondo, más que la ausencia de una persona, lo que está en juego es la continuidad de una filosofía de trabajo que le devolvió identidad, orden y ambición al club.