Iván Zamorano jugó “gratis” por Colo-Colo, para cumplir su sueño y el de su padre, con un insólito arribo a Macul, además de una enorme historia de dedicación.
La historia de logros de Iván Zamorano no se puede definir sin la palabra esfuerzo. Comenzó su carrera futbolística a los 13 años en la comuna de Maipú, en una sede que tenía Cobresal, potenciando su técnica de cabeceo. Pero, no debutó hasta la mayoría de edad, ya que, no tuvo mayores chances.
Por ello, fue cedido en forma de préstamo al equipo que hoy es conocido como Trasandino de Los Andes en la Segunda División. Aquello fue en 1985 y desató su poder anotador, de hecho, esa temporada terminó marcando 27 goles. Por ende, cuando volvió a Cobresal, se comenzó a ganar el espacio.
En 1987, “Bam Bam” encabezó a los “Legionarios” para obtener la Copa Chile, siendo el máximo goleador del club. Esta gran temporada hizo que diera el salto al extranjero, en el Bologna FC, donde jamás debutó. Eso sí, lo mandaron a préstamo y recaló en el FC St. Gallen de Suiza. Ahí se juntó con Hugo Rubio, campeón de la Recopa Sudamericana y Copa Interamericana con Colo-Colo, e hicieron buenas migas como goleadores.
Así, se ganó la aprobación de un nacionalizado chileno, el oriundo de Argentina, Vicente Cantatore, que en ese entonces, en 1990, ejercía como entrenador del Sevilla. El estratega y ex volante San Lorenzo y Santiago Wanderers lo pidió directamente, de modo que Iván Zamorano jugó dos temporadas con los hispanos.
Mejor momento de Iván Zamorano en Europa
En un año ya rebosaba de confianza y también al público en España, haciéndose notar con sus 23 goles y 11 asistencias que repartió los últimos dos años. En 1992, Real Madrid quiso tener al delantero y no escatimó en comprarlo por 3,5 millones de euros.
El primer año con los “Merengues” fue inmejorable. Anotó 37 goles en 45 partidos, en una de las ligas más competitivas del mundo. Sin embargo, la próxima temporada bajó sus cifras, lo que significó que terminase relegado en la banca de suplentes.
Pese a lo duro que era mirar los partidos desde el borde de la cancha, no se dejó caer y le dio la vuelta al destino nuevamente en 1995. Ese año tampoco estaba en los planes del nuevo director técnico, Jorge Valdano, pero, debido a lesiones de sus compañeros en el ataque, tuvo su oportunidad en la primera fecha y marcó un doblete en 5 minutos ante Sevilla, terminando con una victoria por 4-1.
Esa misma temporada “Bam Bam” comandó a los “Merengues” para arrebatarle el trofeo a Barcelona, que venía de ser tetracampeón. Debido a sus actuaciones, más los 31 goles y 8 asistencias en la temporada, le valieron para ser nominado al Balón de Oro.
Tras brillar en Real Madrid, pasó a Inter de Milán donde no pudo sostener ese gran rendimiento anotador, pues, la máxima cantidad de goles que pudo hacer en una temporada fueron 14. De hecho, en las cinco temporadas que estuvo, alcanzó a marcar 40 goles. A pesar de bajar la cantidad anotadora, se coronó campeón de la competencia que hoy lleva por nombre Europa League.
La insólita llegada a Colo-Colo y el sueño cumplido del padre de “El Terrible”
Antes de la llegada a Colo-Colo, Iván Zamorano recaló en México con 34 años, donde pasó dos buenas temporadas junto a Club América, volviendo a anotar más de 20 goles. “Fueron dos años hermosos, pero siempre pensando y acordándome de mi padre, que su sueño era que yo jugara en Colo-Colo”, declaró emocionado el delantero a ESPN, en sus últimos momentos con “Los Canarios”.
A raíz de esto, ve con buenos ojos la opción de terminar su trayectoria como jugador del “Cacique”. Pero, esto en 2003, y el club recién venía de salir de la quiebra. Entonces, no había dinero para fichar ni pagarle a un futbolista de tanto valor, lo que le hizo saber el club.
Pero, el dinero no fue impedimento para que “El Terrible” Iván Zamorano defendiera los colores del “Popular”. Pues, había mucho detrás de esa posibilidad: el sueño propio y el de su padre. Como sueldo, que era obligatorio recibir algo, percibía 100 mil pesos chilenos, el mínimo posible para cualquier trabajador del país en 2003.
De este modo, logró jugar un semestre con el “Albo”, un total de 14 partidos en los que anotó 8 goles y repartió dos asistencias. No obstante, el último encuentro de este ídolo nacional no fue para nada glorioso, terminó en prácticamente una pelea con la terna arbitral y recibió una sanción lapidante.
En la final de vuelta del Torneo de Apertura 2003, el “Albo” se enfrentó a Cobreloa, pero los “Zorros del Desierto” abatieron a Colo-Colo y terminaron con un resultado global de 4-0. Ante esto, al final del encuentro y con las emociones al máximo, el delantero se enojó con el árbitro Carlos Chandía y lo agredió, arriesgando suspensión de máximo 50 partidos.
De este modo, quedó marginado por las siguientes 11 fechas del Campeonato Nacional. Pero, como ya pretendía acabar su carrera en el “Cacique”, junto al entonces presidente del país, Ricardo Lagos, emite su retiro oficial del fútbol en el Palacio de La Moneda un viernes 18 de julio de 2003.
