La Selección Chilena tocó el cielo con las manos con las Copa América que consiguió en 2015 y 2016, pero antes tuvo una participación histórica al meterse en un podio mundialista.
Históricamente Sudamérica fue subestimado por las selecciones del fútbol europeo y este hostigamiento fue superior contra aquellos que nunca ganaron un mundial como la Selección Chilena.
Quitando a Argentina, Brasil y Uruguay, el resto de los equipos de CONMEBOL no son tenidos en cuenta por el resto del mundo, pero no hay que olvidar la gesta conseguida por una de las mejores generaciones del fútbol sudamericano que brindó Chile en los 60′.
El contexto del podio de la Selección Chilena
La Selección Chilena tenía clara mala suerte en las finales y lo reflejó en los años 50 cuando llegó a dos finales del Campeonato Sudamericano (hoy Copa América) y perdió ambas.
La primera fue en 1955, cuando el equipo llegó al último enfrentamiento sin conocer la derrota y con un Enrique Hormazábal imparable. De todas maneras, apareció Argentina en la final y lo venció con un único gol.
Sorpresivamente la historia se repitió en 1956, cuando el combinado cordillerano buscaba la revancha. Fue un torneo extraordinario, pero oficial y Chile nuevamente llegó hasta el último duelo con chances de quedarse con el título. Si bien ganó su partido ante Paraguay por 2-0, Uruguay también dio cuenta de su par argentino y le alcanzó para consagrarse.
Por esos años también fue subcampeón del Panamericano de 1952 (perdió de local contra Brasil) y solo se debió conformar con la Copa Bernardo O'Higgins. Esa era una copa amistosa, pero muy significativa.
De este modo, está claro que la Selección Chilena era uno de los más fuertes y regulares de la región pero no podía romper la maldición en las finales y quedaba en la puerta del éxito en cada definición.
El mundial llegó a Chile
El equipo sabía que iba a albergar la Copa del Mundo y soñaba con quedarse con el trofeo Jules Rimet para incrustarse en la historia grande. Lo que no imaginaban era tan buen desempeño contra rivales de primer nivel.
Lo primero que supo la Selección Chilena era que Alemania Federal, Italia y Suiza iban a ser sus adversarios en el grupo, por lo que su poderío iba a tener que ser demostrado contra rivales del Viejo Continente.
Con un 3-1, “La Roja” sorprendió a Suiza en la primera fecha y repitió su triunfo contra Italia en la segunda jornada gracias a un celebrado 2-0. Finalmente, la historia se truncó ante los alemanes en la última jornada y la victoria quedó para los europeos por 2-0.

Comenzó lo más difícil y fue la etapa de playoffs, donde los rivales podían ser mucho más difíciles. Todos los partidos se jugaron en simultaneo, por lo que sus jugadores se enteraron tarde que Hungría, Inglaterra y sus verdugos alemanes quedaron afuera.
Sin embargo, eso les interesó pocos a ellos que tenían que enfrentar a la difícil -y ahora extinta- Unión Soviética. De todos modos, gracias a los gritos de Leonel Sánchez y Eladio Rojas, la Selección Chilena pudo meterse entre los cuatro mejores equipos del mundo.
Un viejo conocido
Así como Yugoslavia o Checoslovaquia podían ser sus rivales, el destino quiso que rivalice contra un viejo conocido como lo es Brasil. No hay que olvidar que años atrás habían jugado por la Copa O'Higgins y fue el primer título de Chile.

La exhibición brasileña fue notable y tacharon a sus hermanos sudamericanos con un contundente 4-2 resumido en los tantos de Garrincha y Vavá. Jorge Toro y Sánchez descontaron para Chile, pero ya era tarde para revertir la situación.
Un hecho histórico para la Selección Chilena
Pese a que las caras eran largas por no llegar a la final, la realidad era que la Selección Chilena aún podía hacer historia con un podio mundialista inédito para el país.
En la otra semifinal, Checoslovaquia había derrotado sin problemas a Yugoslavia por 3-1 y eran los eslavos quienes debían dirimir contra Chile la medalla del tercer escalón del podio.
Ante un estadio Nacional repleto con más de 66,6 mil personas y bajo el arbitraje del español Juan Gardeazabal, el partido fue muy luchado. Ambos temían perder porque sabían que era la última chance de ingresar al podio.
Parecía que los 90 minutos iban a terminar 0-0 porque el marcador no se movía. Sin embargo, unos segundos antes de que el juez marque el final, un remate de Eladio Rojas se desvió y se metió en la escuadra. Claro que inmediatamente todo el estadio comenzó a celebrar.
Los fotógrafos locales ingresaron al estadio, la gente gritaba alocada y tiraba sus sombreros hacia el cielo para que queden inmortalizados como ese momento histórico.