Rodrigo Echeverría jugó este sábado en el partido que enfrentó a su equipo, Huracán, que va puntero, y a Argentinos Juniors que ya no cuenta con la dirección técnica de Pablo Guede. Sin embargo, el resultado no se movió en los 90 minutos y la acción más destacada tuvo como protagonista al chileno.
Argentinos Juniors y Huracán empataron sin goles este sábado y es un resultado que no le sirve a ninguno de los dos equipos. En el Globo juegan Williams Alarcón y Rodrigo Echeverría, pero este último fue protagonista de la tarde por una extraña acción de juego.
El jugador estuvo involucrado en una acción pocas veces vistas en el futbol y que derivó en la amonestación de uno de los adversarios del futbolista chileno.
La insólita jugada que protagonizó Rodrigo Echeverría
Iban 14 minutos de partido y el portero de Huracán Hernán Galíndez efectuó un saque de arco con envío aéreo. La pelota cayó en la mitad de la cancha y la fueron a buscar Nicolás Oroz de Argentinos y Rodrigo Echeverría por el lado de Argentinos Juniors.
Sin embargo, sorprendentemente el futbolista chileno se frenó y llamativamente se corrió para que el esférico caiga en donde estaba su rival. En este contexto, el árbitro Pablo Echavarría frenó el juego y le enseñó la amarilla a Oroz.
Esto es porque aparentemente gritó para que el futbolista del Globo no busque la pelota y eso está penado por el reglamento del fútbol. El árbitro realmente estuvo perfecto y también hay que felicitar a Rodrigo Echeverría que rápidamente se quejó de este suceso, pero pocos estaban enterados de esta situación.
Si analizamos el reglamento de la FIFA, la regla 12 habla de las faltas y las conductas incorrectas. En este contexto, hay un apartado que indica las acciones que deberán ser penadas por el referí con la tarjeta amarilla.
“Existen diferentes acciones en las cuales se amonestará a un jugador por conducta antideportivas, entre ellas: distraer con palabras y comentarios a un adversario durante el juego o en la reanudación”, resalta el reglamento.
Una regla tan extinta y muchas veces en desuso como los seis segundos como máximo para que el golero tenga el balón en sus manos antes de efectuar una salida desde el fondo.