Sergio Gómez abrió su corazón en una entrevista en televisión y contó cómo lo ayudó el “Calamar” en su etapa como futbolista. Emotivo.
Luego del paso fallido de Sebastián Grazzini por Platense, la dirigencia tomó la decisión de contratar a la dupla técnica conformada por Sergio Gómez y Favio Orsi, dos hombres formados en la casa. Sí, aunque pocos lo sepan o recuerden, ambos realizaron las divisiones inferiores en el “Calamar” cuando eran jugadores y hoy, ya totalmente asentados como entrenadores, están disfrutando de la posibilidad de trabajar en un club que les marcó el camino.
Tras tener un inicio más que positivo en cuanto a resultados, los jóvenes estrategas brindaron una entrevista para ESPN en donde hablaron de absolutamente todo, tanto temas futbolísticos como de la vida en general. Y Gómez, quien siempre se muestra como un hombre más emotivo y sensible, nos regaló una de las notas del año. ¿El motivo? Abrió su corazón y contó su fuerte historia, lo que nos ayuda a entender cómo es él en la actualidad y por qué lo vive de esta manera.
La fuerte historia de vida de Sergio Gómez

“Yo a los 12 años agarré y me tomé un tren solo, con dos pibes del barrio y me fui a probar a Platense. Me acuerdo que caminaba 16 cuadras hasta la estación de Nogues, después bajaba en la estación de Padilla, caminaba otras 22 cuadras hasta Parque Sarmiento. Cuando vuelvo al barrio, que sigo yendo porque tengo parte de mi familia viviendo ahí, siempre pienso que tomé una buena decisión”, comenzó explicando Sergio, que logró salir del barro gracias a su talento como jugador.
Más adelante, agregó entre lágrimas: “A mí me mataron un hermano en el barrio, y la verdad que fue duro. Y en un momento en el que no podía vivir más ahí, Platense me sacó del barrio y me llevó a vivir a Villa Urquiza porque no podía dormir los fines de semana. No dormía los fines de semana y un partido no lo jugué, que los dirigentes dijeron que había tenido otro problema. Pero en realidad fue un día que se me endurecieron las piernas, y no podía ni caminar”.

“A veces yo digo que es la vida que te toca y después uno tiene que elegir qué hace con eso que le toca. Yo elegí seguir luchando que es lo que me enseñó mi vieja y mis hermanos, entonces yo sabía que no era lo que quería para mis hijos, no era lo que quería para mi vida y luché hasta poder salir y volver de visita. Porque no me voy a olvidar nunca de dónde salí, de mi barrio. Y eso me hace ser todo lo luchador que hoy soy y todo lo que trato de transmitirle a los jugadores“, confesó el ex defensor.
Por último, Gómez realizó una linda reflexión que refleja a la perfección todo lo que su infancia repercutió en su vida adulta: “Ahora trato de disfrutar y de hacerles entender a mis hijos de que tienen que ser conscientes de que no todos tienen la posibilidad de ellos de ir al colegio, de comer las cuatro comidas, entonces tienen que ser agradecidos a Dios y siempre voy a luchar para que no les falte nada porque así tiene que ser”. Hermosa historia.