El presidente de Vélez está bajo presión por el mal momento del Fortín, ya que los resultados aún no acompañan al nuevo ciclo.
A menos de un año de haber celebrado el campeonato que cortó una larga sequía en Liniers, Vélez Sarsfield vive un momento de crisis futbolística. La ilusión con la que arrancó la temporada 2025 quedó enterrada bajo un presente irregular en la Liga Profesional, problemas financieros y un clima interno que se volvió insostenible. El Fortín, que parecía tener todo para pelear arriba, hoy tambalea.
El ciclo de Guillermo Barros Schelotto, flamante entrenador tras la efímera etapa de Sebastián Domínguez, todavía no logra enderezar el rumbo. Vélez se encuentra en la posición 13 del torneo con apenas 8 puntos, y si bien aún quedan 12 en juego, el margen es cada vez más ajustado. A la reciente derrota ante Rosario Central se sumó el enojo del Mellizo con el arbitraje, tras la expulsión dudosa de Aarón Quirós. “Nos terminó perjudicando”, disparó Barros Schelotto en conferencia, muy caliente con Luis Lobo Medina.
Berlanga piensa en dar un paso al costado en Vélez
Pero los problemas del Fortín no solo se explican desde lo deportivo. El presidente Fabián Berlanga, que asumió con altas expectativas y con el mérito de haber armado el plantel campeón, se encuentra atravesando un momento personal y dirigencial muy complejo. Según trascendió en las últimas horas, el dirigente estaría evaluando seriamente renunciar al cargo, cansado de los constantes cuestionamientos que recibe tanto en redes sociales como en el estadio José Amalfitani.
“El presidente ya no tiene más ganas de enfrentar situaciones, su familia también le pide que dé un paso al costado”, deslizó la cuenta partidaria Hablemos de Vélez TV. Las críticas se multiplican y muchos le reprochan que, si se va, dejará al club en manos de personas poco confiables como Costa y Balestrini, dos nombres que no generan consenso en la vida política del club.
El desgaste no es nuevo. Tras el título, Vélez sufrió una profunda reestructuración: se fue Gustavo Quinteros, se marcharon jugadores clave y, en su lugar, llegaron apuestas que aún no lograron asentarse. La salida anticipada de Sebastián Domínguez, que dejó su cargo sin haber conseguido una victoria ni un solo gol en el torneo local, fue otro golpe duro. La llegada del Mellizo generó expectativa, pero los resultados siguen sin acompañar.
El próximo desafío será contra Olimpia por Copa Libertadores, donde el equipo necesita con urgencia recuperar su confianza. Mientras tanto, hay hinchas que piden que se llame a elecciones, y afirman que Berlanga tiene que hacerse cargo del puesto que ostenta. Su salida encendería muchas más alarmas en la institución, ya que lo que el Fortín más necesita ahora mismo es estabilidad en todas las áreas.
