El Boca de Riquelme en el mercado de pases: refuerzos grandes, sueldos altos y un cambio necesario

Analizamos el presente de Boca a través de su estrategia en los últimos mercados de pases, y los números de sus refuerzos.

Boca Juniors estuvo a punto de tocar el cielo con las manos a fines de 2023 cuando salió subcampeón de la Copa Libertadores, y desde entonces, no ha podido competir a nivel internacional. Se quedó afuera de octavos de final en la Copa Sudamericana 2024, y este año fue eliminado en el repechaje de Copa Libertadores. Con Fernando Gago a la cabeza, la mayor aspiración del Xeneize en lo que resta del 2025 es triunfar a nivel local, y armar un proyecto que pueda dar resultados a largo plazo.

Para esto depende de la gestión de Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de la institución, que asumió en 2020 como vicepresidente y desde 2024 se desempeña como presidente. Con la ayuda de su Consejo de Fútbol, pasó por varios entrenadores, de los cuales ninguno se pudo sostener en el puesto por más de 1 año. En ese contexto, analizamos una cuestión clave para explicar este presente: el rol del scouting de Boca en los fichajes de los últimos años.

Y es que Boca, en el mercado de pases, se maneja de una manera peculiar. La lógica indica que, al ser una liga exportadora, lo ideal sea traer a un club refuerzos jóvenes, con poder de reventa a futuro. O bien, si el club está para invertir más dinero y apunta a un objetivo más alto, a jugadores en la cúspide de su carrera, de entre 26 y 29 años. Una vez que se cruza el umbral de los 30 años, fichar a un jugador puede tener sus ventajas si se trata de alguien de jerarquía y trayectoria, pero también viene con sus riesgos.

Boca, con Riquelme a la cabeza, tiene una predilección por este último grupo de jugadores. Solo hace falta fijarse en los números. La gestión de Román tuvo 41 fichajes hasta ahora, con un promedio de edad de 28 años. De estos, 16 han sido jugadores mayores de 30 años, y 6 han sido mayores de 35 años. Y la avanzada edad de estos jugadores no es un problema por sí solo, sino que trae consigo unas cuantas desventajas, que vamos a explorar a continuación.

Para esta nota, consultamos a tres fuentes expertas que nos dieron sus apreciaciones sobre esta tendencia del Boca de Riquelme. Calvin Dannwolf, scout de Escuela EDT y director de El ojo clínico, afirmó que tiene que ver con “una lógica que combina experiencia con impacto inmediato, pero que difícilmente pueda considerarse estratégica. Más que una planificación sustentada en un proyecto de desarrollo, las decisiones parecen obedecer a una emocionalidad funcional: se confía en nombres con jerarquía para resolver partidos, aunque su presente físico sea frágil“, ya que “la urgencia por ganar hoy se impone sobre la necesidad de construir un plantel equilibrado y sostenible y con proyección. El resultado es un equipo que acumula jerarquía, pero no siempre funcionamiento, ni previsión a mediano plazo”.

En el caso de Boca, de los fichajes mayores a 30 años, hay 7 que se perdieron al menos 20 partidos con Boca por lesiones, incluyendo a Cristian Lema, Sergio Romero y Luis Advíncula. La mayoría de ellos ya había tenido problemas físicos en las temporadas anteriores, incluyendo a Diego González quien había tenido una rotura de ligamentos en Racing, Carlos Zambrano que se lesionó 3 veces antes de llegar a Boca, y Edinson Cavani, que en su última etapa como futbolista tuvo lesiones menores constantes, algo que sigue siendo así en la actualidad.

Dannwolf explicó que esto tiene que ver con “un esfuerzo físico constante en canchas muchas veces irregulares, sin los espacios ni las pausas que permiten otras ligas más estructuradas”, con lo cual “el desgaste físico acumulado después de años de alta competencia regularmente se traduce en lesiones recurrentes. Las limitaciones del calendario local, con partidos seguidos y viajes constantes, no perdona”.

Algo similar analizó otra de nuestras fuentes, un Jefe de Scouting de un equipo de la Liga Profesional, que prefirió permanecer en el anonimato. “Durante el trabajo de seguimiento de jugadores, el fisico es un atributo que se busca analizar”, explicó. “Llevándolo al futbol argentino, podríamos decir que el nivel de intensidad con el que se juega influye en el rendimiento de este tipo de jugadores. También puede haber otras cuestiones como metodología de trabajo, calidad de entrenamientos, infraestructura, etc. en comparación a Europa“.

Cabe destacar que la mitad de los 16 jugadores mayores de 30 años que llevó Riquelme a Boca llegaron desde ligas europeas, algo que lleva al otro problema: el económico. En los mercados de pases de su gestión, se gastaron 5,8 millones de dólares en futbolistas de este grupo etario. Algo que si bien no parece tan significativo, hay que tener en cuenta que se trata de futbolistas sin poder de reventa. Y que en realidad, la mayor inversión tiene que ver con sus sueldos, no con el costo de sus pases.

La contracara de traer futbolistas de renombre y jerarquía, como Ander Herrera (quien tuvo tres lesiones en sus primeros tres meses en Boca) es que suelen pedir sueldos mucho mayores a lo que puede requerir un futbolista que nunca estuvo en Europa. Los salarios más altos de Boca en este momento pertenecen a Edinson Cavani, cuya tendencia a fallar o estar ausente en los momentos importantes enerva cada vez más a la afición; y a Marcos Rojo, un jugador que ejemplifica a la perfección el problema con esta tendencia de fichajes.

Marcos Rojo llegó en febrero de 2021 a Boca, y 4 años después, tiene 114 apariciones en Boca. Entre lesiones y suspensiones, se perdió alrededor de la mitad de los encuentros, entre ellos la final de la Copa Libertadores 2023. Llegó con 30 años, y ahora que se acerca al ocaso de su carrera, el defensor central sigue en Boca, percibiendo uno de los sueldos más altos del plantel.

Otro Jefe de Scouting de un equipo de Primera, quien también pidió que no se lo nombre, contó algunas de las cuestiones internas de su club, y opinó al respecto de lo que vive el Xeneize hoy en día. “Sin saber las internas de Boca, pero yo, por lo menos a la hora de scoutear, busco obviamente talento joven. Quizá sí en algunos puestos buscás experiencia como en los dos zagueros centrales o el cinco, pero tampoco te vas a poner a mirar jugadores de 30 y pico de años“, afirmó.

Analizó que “En cuanto a la tendencia (de contratar jugadores en edades avanzadas), yo creo que Boca al sacar tantos pibes y tener tanta jerarquía de juveniles, calculo yo que la idea es que estén todo el tiempo alimentados de gente de experiencia y con recorrido en Europa, ya que hoy en día la economía de Boca le permite buscar a esos jugadores, y quizás a los delanteros que están surgiendo darles la posibilidad de entrenar con Cavani, por ejemplo”.

Y es una buena apreciación, a lo cual nos contó una situación que vive en su club actual. “Tenemos a nuestro primer marcador central, que en cualquier momento lo venden Europa. Y para el próximo mercado, la idea es traerle un un zaguero de jerarquía y experiencia, de más de 30 años. Ese es un caso muy puntual para buscar un jugador viejo, más que nada para potenciarlo a él. Pero como te digo yo como scout, no me siento a ver un jugador de 30 y pico, así que yo creo que esos pedidos surgen de la dirigencia o del cuerpo técnico“, aseveró la fuente.

Esta puede ser una buena justificación para traer a alguien como Ander Herrera, que llegó a hacer dupla con Milton Delgado en la mitad de la cancha, y seguramente esté aprendiendo mucho del español. Sin embargo, cuesta verlo en los otros casos. Actualmente no hay un 9 que esté aprendiendo con Cavani, sino más bien parece que le quita oportunidades a otros jugadores; lo mismo con Marcos Rojo, que solo en pocas ocasiones hizo pareja de centrales con Lautaro Di Lollo, y no parece haberlo potenciado.

Hay otros fichajes de la gestión de Riquelme que hace falta apuntar. Facundo Roncaglia y Gary Medel regresaron al club alrededor de una década después de sus respectivas salidas, y ambos fueron pasos sin pena ni gloria, cuando Boca podría haber hecho uso del scouting para traer refuerzos que realmente aportaran algo. De estos jugadores, quizá el que mejor le salió a Román fue Sergio Romero, que en la Copa Libertadores 2023 tuvo una actuación fenomenal que los llevó a la final, y sin embargo, al igual que el resto de los jugadores que nombramos, tuvo problemas de lesiones y bajones de rendimiento notables.

Cabe destacar que, en el último mercado de pases, Boca se acercó a lo que puede llegar a ser un “ideal”, según una de nuestras fuentes anónimas. “Lo ideal en cuanto al armado de un plantel es poder tener un balance en cuestiones como la edad. Esto significa tener jugadores jóvenes de proyección, jugadores en edad de alto rendimiento y jugadores de experiencia“. Y en el período de transferencias más recientes, llegaron futbolistas como Alan Velasco (22), Brian Aguirre (21), Carlos Palacios (24), Ignacio Miramón (21), Williams Alarcón (23), Agustín Martegani (24) y Juan Barinaga (23). Más allá de que el rendimiento individual de la mayoría de ellos todavía no ha llegado a las expectativas, es un paso en la dirección correcta para armar un proyecto sustentable.

“Esto sugiere que el club está empezando a equilibrar la experiencia con la renovación, una decisión que responde tanto a necesidades deportivas como económicas”, analizó Calvin Dannwolf. “Sin embargo, la llegada de figuras como Ander Herrera o Rodrigo Battaglia indica que aún se mantiene cierta dependencia de jugadores veteranos, muchas veces con alto costo y rendimiento condicionado por lo físico. Para profundizar esta transformación, el scouting de Boca debería consolidar un enfoque que priorice el encaje táctico, la adaptabilidad al contexto local y el potencial a mediano plazo, más allá del nombre o la trayectoria. Se trata de construir un plantel coherente, competitivo y sostenible, donde cada incorporación sume dentro de un proyecto colectivo y no solo por su peso individual”.

Entonces, tenemos una dirigencia que en algunos casos elige jugadores “a dedo”, sin pasarlos por un proceso de scouting, invierte millones de dólares en sus fichas y contratos, favoreciendo un “cortoplacismo” con futbolistas que, si bien aportan jerarquía con sus trayectorias por Europa, también les cuesta adaptarse a la intensidad del fútbol local, y eso entre otros factores les causa lesiones constantes.

Por otro lado, la reciente salida de Fernando Gago como entrenador de Boca Juniors refuerza esta tendencia de inestabilidad que atraviesa el club desde el liderazgo institucional y por la cual, deberá pagar una cifra aproximada de 264 mil dólares. A pesar de que Gago logró sostener al equipo en la cima del Grupo A de la liga local, la eliminación prematura de la Copa Libertadores y la falta de respuesta futbolística en momentos clave, como el superclásico ante River Plate, precipitaron su salida. En apenas cuatro años, Boca ya suma varios entrenadores que no logran superar la barrera simbólica del año de gestión, un reflejo de los problemas de planificación de largo plazo que también afectan la política de refuerzos del club.

Todo esto lleva a una irregularidad y a un plantel desbalanceado, que por buscar el impacto y la ilusión en los hinchas de un refuerzo de renombre, se olvida de armar un proyecto serio y sustentable. En el último año se puede ver un cambio de dirección, con la llegada de varios jóvenes con potencial y poder de reventa. Y aunque todavía en algunos casos puntuales no han rendido, esto puede indicar una mayor confianza en el scouting por parte de la dirigencia como herramienta importantísima a la hora de armar un plantel que pueda dar resultados de manera consistente.