Dirigió a las selecciones de Bolivia y Ecuador y en 8 ligas distintas. Ahora, está esperando el llamado de Riquelme.
Boca Juniors atraviesa una vez más la etapa de la “danza de nombres”. Tras la salida de Fernando Gago como director técnico, que llegó después de la derrota en el Superclásico contra River pero se venía gestando desde la eliminación en el repechaje por Copa Libertadores, la dirigencia ya busca su reemplazante. Y uno de los nombres que mejor suena para Juan Román Riquelme y su Consejo de Fútbol es el de Gustavo Quinteros.
No es el único candidato, ya que hay otros que tienen tantas chances como él de ser el próximo entrenador del Xeneize. Gabriel Milito es un favorito de esta dirigencia y Gerardo Martino vuelve a estar sobre la mesa como una posibilidad, entre otras posibilidades. Sin embargo, en este caso nos enfocamos en Quinteros, ya que es una opción muy interesante para sentarse en el banco de La Bombonera.
La trayectoria de Quinteros: 12 títulos ganados y 2 selecciones dirigidas
Gustavo Quinteros, santafesino de 60 años con nacionalidad boliviana, representó a la Verde en el Mundial de 1994 como futbolista. En su etapa de jugador, salió de las inferiores de Newell's y debutó en Central Córdoba de Rosario. Jugaba como defensor central y representó a equipos como San Lorenzo (fue campeón del Clausura 1995) y Argentinos Juniors, antes de retirarse en Jorge Wilstermann en 1999.
Estudió en la Escuela de Técnicos de Vicente López, se recibió de entrenador y su primera experiencia fue con las juveniles de Argentinos Juniors, en el mismo año donde se retiró como futbolista. En un primer equipo, debutó como DT en Blooming de Bolivia en 2005. Y desde un principio demostró una de sus facetas: la de ser un entrenador ganador, ya que salió campeón de la liga en ese año.
Ganó otras dos ligas en Bolivia, una con Bolívar y la otra en Oriente Petrolero, antes de extender su éxito a otra competición extranjera: la Serie A de Ecuador. Allí salió bicampeón con Emelec, y antes de eso había dirigido en la Selección Boliviana, con lo cual su próximo paso fue probar suerte como entrenador de Ecuador. Con aquel seleccionado, no llegó a clasificar al Mundial 2018 y fue despedido.
Tuvo un paso por Medio Oriente como DT de Al Nassr y Al Wasl, hasta que volvió a Sudamérica para relanzar su carrera en Universidad Católica de Chile. Allí redescubrió su faceta de ganador, y salió campeón en 2019 de la Supercopa de Chile y la liga. Tras su éxito en aquel cuadro, tuvo un corto ciclo como DT de Tijuana en México, y regresó a Chile para dirigir a Colo Colo en 2020.
Allí Quinteros tiene una gran imagen por haber agarrado en un contexto muy complicado, y por salvar al Cacique de lo que podría haber sido su primer descenso en la historia. Cambió su rumbo por completo, y logró ganar 2 Copas Chile, una Supercopa y un título de Primera División. Por la falta de éxito en el plano internacional, dejó su cargo para ser entrenador de Vélez.
Con el Fortín, tuvo un inicio irregular y luego enderezó la marcha, para finalmente disputar todas las finales nacionales del 2024. Cayó en la final de la Copa de la Liga contra Estudiantes, en Copa Argentina contra Central Córdoba, y de nuevo contra el Pincha por el Trofeo de Campeones. Sin embargo, logró quedarse con la Liga Profesional. Cuando vio que se iban sus figuras y la dirigencia no traería a nadie de peso en el mercado de pases, decidió irse.
Tras no renovar su contrato en Vélez, fue a probar suerte a Brasil por primera vez en su carrera. En este caso asumió en Gremio, pero fue relevado de sus funciones en abril de 2025. La realidad es que tuvo un ciclo demasiado flojo, con 8 victorias, 5 empates y 5 derrotas en 18 encuentros dirigidos. Algo que marcó su estadía fue un incidente que tuvo contra Juventude, donde invadió el campo de juego, enojado por una decisión arbitral, y agredió a un rival, por lo cual fue expulsado.
El estilo de Gustavo Quinteros y qué le puede aportar a Boca
La pregunta del millón ahora es si Gustavo Quinteros puede trasladar su vasta experiencia como entrenador a un club tan particular como lo es Boca. Primero, repasamos su manera de dirigir. Es un DT pragmático, clásico y directo en su acercamiento a los jugadores. Favorece la formación 4-2-3-1, y entre sus dones se encuentra el de potenciar a los más jóvenes, algo que vimos sobre todo en Vélez. Esto lo hace ideal para sacar lo mejor de jugadores como Milton Delgado, a quien seguramente potenciaría.
En Colo Colo fue capaz de revertir una situación de crisis incluso mayor en la que se encuentra el Xeneize hoy en día, y no solo los enderezó sino que también salió campeón poco después de salvarlos del descenso. El antecedente que quizá más preocupa es el de su paso por el Brasileirao, ya que en Gremio duró muy poco, con un equipo que jamás le funcionó.
Otro punto en contra para su posible llegada a La Bombonera es lo que vivió en Vélez a nivel extrafutbolístico. Le costó mucho manejar a sus jugadores, y tuvo un episodio recordado en el cual dejó de dirigir la final del Trofeo de Campeones para asistir a la boda de su hija. Actitudes que no podría repetir en el mundo Boca sin la amplificación de la prensa y la reprobación de la gente.
A sus 60 años, con 12 títulos bajo el brazo y la experiencia de haber dirigido en ligas de 8 países distintos, tiene los pergaminos necesarios para ser el DT de Boca. Y quiere hacerlo, ya que es su prioridad y está esperando el llamado de Román. Sería una elección apostando por la trayectoria y el pragmatismo, más que por la sangre nueva y poca ortodoxia que define a los últimos entrenadores del club.