Los jugadores que fue a buscar el Virrey y terminaron marcando historia en la etapa más gloriosa de la institución de Liniers.
Carlos Bianchi es el máximo ídolo en la historia de Vélez Sarsfield, tanto por su gran despliegue como futbolista, como por lo que logró de entrenador en aquella gloriosa etapa entre 1993 y 1996. Sumó 3 ligas argentinas, 1 Copa Interamericana, 1 Copa Libertadores y 1 Copa Intercontinental al palmarés del Fortín, club al que supo llevar hasta lo más alto de la élite mundial. No hay palabras para describir el cariño que la gente de Vélez le tiene al Virrey, y viceversa.
Algo curioso sobre su etapa en el club es que Bianchi llegó al banco con el equipo mayormente armado. Figuras como José Luis Chilavert, Roberto Trotta y Víctor Sotomayor ya habían sido fichadas en los mercados de pases anteriores; mientras que otras figuras clave como Omar Asad, Turu Flores y Christian Bassedas habían salido de sus inferiores. Por eso, acá ponemos la lupa en aquellos refuerzos que buscó y pidió Bianchi, y se convirtieron en jugadores claves para lo último de su etapa como DT.
Marcelo Herrera
Procedente de Gimnasia y Tiro de Salta, Marcelo Herrera llegó a Vélez en 1994 a pedido expreso de Bianchi, quien buscaba mayor intensidad y despliegue en el mediocampo. No tardó en hacerse un lugar. Versátil, con gran capacidad de recuperación y llegada al área, Herrera fue clave en el funcionamiento del equipo. Su fortaleza física le ganó el apodo “Popeye“, que mantiene hasta el día de hoy en su etapa como entrenador.
Su rendimiento fue tan destacado que se convirtió en una pieza esencial del bicampeonato 1995-96. En el Clausura 1996, de hecho, fue el máximo goleador del equipo junto a Patricio Camps, con 7 tantos. También alzó la Supercopa Sudamericana 1996 y la Recopa Sudamericana 1997. Y por supuesto, fue titular en la histórica victoria por 2-0 ante el Milan en la Copa Intercontinental 1994.
Flavio Zandoná
Zandoná fue otro de los pilares silenciosos del Vélez multicampeón. Proveniente de Chacarita, se incorporó al Fortín en 1993 para reforzar una defensa que ya tenía a nombres como Trotta y Sotomayor. Claro que se lo recuerda mayormente por aquel incidente con Flamengo en la Supercopa de 1995, que tanto dio para hablar, pero fue mucho más que eso.
Participó activamente en el ciclo más laureado del club y fue parte del plantel que conquistó la Copa Libertadores, la Intercontinental y varios títulos locales. A lo largo de su paso por Vélez, Zandoná alternó como lateral o central, mostrando una polifuncionalidad que Bianchi supo explotar. En la retina del hincha quedó su entrega incondicional, además de la imagen icónica de su pelea con Edmundo y Romário.
Patricio Camps
Formado en las inferiores del club, Patricio Camps volvió al primer equipo en el momento justo. Fue durante la etapa de Bianchi cuando logró asentarse como titular y se consolidó como uno de los jugadores más finos del plantel. Inteligente, con buena pegada y visión de juego, Camps aportó el toque de calidad en el ataque velezano.
Su aporte más recordado llegó en el Clausura 1996, cuando fue máximo artillero del equipo junto a Herrera, lo que resultó vital para la obtención del título. Además, fue partícipe de la Supercopa 1996 y la Recopa del año siguiente. Fue un refuerzo desde adentro del club, que terminó siendo figura.