Si Riquelme quiere que Gabriel Milito sea el DT de Boca, va a tener que mover fichas grandes: correr al Consejo de Fútbol y dejar ir a más de siete jugadores. ¿Está dispuesto a hacerlo?
La salida de Fernando Gago dejó espacio para un giro fuerte en la conducción de Boca Juniors. El principal apuntado es Gabriel Milito, un entrenador exigente, sin miedo a plantear condiciones. Y lo que le pidió a Juan Román Riquelme no es menor: control total del plantel, decisiones sin interferencia del Consejo de Fútbol y una limpieza profunda dentro del vestuario.
El exDT de Argentinos Juniors y Atlético Mineiro no está dispuesto a aceptar ataduras. Su llegada, dicen desde el entorno, depende de que Riquelme le cumpla cada uno de los pedidos. La relación entre ambos es buena, hay respeto y admiración mutua, pero el punto de quiebre está marcado: Milito quiere trabajar con autonomía absoluta, y eso implicaría un reordenamiento fuerte en la interna dirigencial de Boca.
Pero el tema no termina ahí. Milito no solo quiere un cambio estructural arriba, también abajo: pidió desprenderse de más de siete jugadores que no encajan en su idea de juego ni en su modelo del plantel. Busca un equipo corto, intenso y con futbolistas comprometidos a su filosofía de presión, posesión y ataque constante.
La tensión crece porque, si la llegada de Milito no se concreta, todo va a depender del motivo. Si él lo decide, habrá poco que reprochar. Pero si Boca no accede a sus condiciones, la imagen que quedará será la de un club que busca un cambio, pero no lo permite. Riquelme ya le dijo que lo quiere, ahora debe decidir si está listo para romper estructuras.
Como dato no menor, Milito arrastra una historia con otro escudo: el de Independiente, donde es ídolo. Su paso por el Xeneize no sería solo profesional: podría tensionar su vínculo con los hinchas del Rojo. Pero, puestas las cartas sobre la mesa, eso no es lo que lo frena.
Ahora la pelota está en el campo de Riquelme. Milito ya jugó su carta. Boca necesita un golpe de timón, y este puede serlo. Pero para eso, primero, hay que animarse a limpiar la casa.
La carrera de Gabriel Milito como DT
- Independiente (2016-2017): el club que lo vio nacer como jugador también fue su primer desafío como entrenador. Aunque su paso fue breve, dejó huella por su apuesta al buen juego.
- Estudiantes de La Plata (2017): intentó imponer su idea de fútbol ofensivo, pero no encontró resultados y dio un paso al costado rápidamente.
- Argentinos Juniors (2019-2021): uno de sus mejores ciclos. Logró clasificar a torneos internacionales y potenció a varios juveniles. Su estilo claro y valiente lo posicionó como uno de los técnicos con mayor proyección del país.
- Atlético Mineiro (2023-2024): en Brasil llevó al Galo a la final de la Copa Libertadores, ganándose el respeto del continente. Su salida fue por decisión propia, buscando nuevos desafíos.