Los juveniles debutaron en la divisional con goles y personalidad. En Córdoba ya empiezan a hablar de ellos.
En el fútbol argentino, las divisiones juveniles no son solo un semillero de talentos: son el alma de los clubes. Talleres de Córdoba lo entiende a la perfección. En tiempos donde el mercado es cada vez más exigente, potenciar a los chicos de la casa no solo es una necesidad económica, sino también una apuesta a futuro. Por eso, cuando dos juveniles debutan con autoridad, el entusiasmo se multiplica.
En las últimas horas, Bautista Ojeda y Sebastián Corradi se llevaron todas las miradas tras estrenarse en la reserva del Matador. Y no fue un debut más: Corradi la rompió con un doblete ante San Martín de San Juan y Ojeda, que llegó desde Colón de Santa Fe, también dijo presente en la red. Goles, despliegue y hambre de gloria en el césped, como si hiciera años que estaban ahí.
Ojeda, que ya había firmado contrato con Talleres, es un mediocampista ofensivo con buen pie y visión de juego. Corradi, por su parte, es un delantero potente, con capacidad de desmarque y olfato de gol. Ambos vienen demostrando hace rato en las inferiores que están para dar el salto, y en su debut se esforzaron para confirmarlo.
El cuerpo técnico de la Reserva los viene siguiendo de cerca, y lo mismo ocurre con los coordinadores de inferiores. En un club que viene apostando por la promoción interna, y que ha exportado jugadores a Europa en los últimos años. Verlos rendir así desde el primer partido no pasa dsapercibido.
Tras su primer partido en la Reserva, quedó claro que el futuro en la Boutique podría escribirse con los apellidos Ojeda y Corradi. Y en Córdoba, nadie quiere perdérselo.
Los pibes de Talleres que ya pisan fuerte en el profesionalismo
Talleres no solo forma jugadores: forma carreras. Repasamos los frutos de la cantera albiazul y vimos varios nombres que comenzaron su camino en la reserva y hoy se ganan la vida en el fútbol grande. Uno de ellos es Joaquín Blázquez, arquero que supo destacarse en las juveniles y hoy defiende el arco de Independiente.
También está Favio Cabral, delantero potente que después de romperla en inferiores y debutar en la T, hoy sigue su carrera en Central Córdoba de Santiago del Estero. Otro que supo aprovechar su momento fue Augusto Schott, lateral derecho que hoy juega en Talleres, tras pasar por Newell’s Old Boys, Platense y Colón.
Y para cerrar, el nombre menos conocido pero con historia internacional: Giancarlo Bianchini, ex mediocampista de la reserva que hoy defiende los colores del Audace Cerignola en Italia. Todos distintos, pero con algo en común: nacieron futbolísticamente en Talleres.