Gallardo quiere a la figura de la Academia, pero Gustavo Costas no se quiere desprender de su arma ofensiva.
Con el Mundial de Clubes en el horizonte y la urgencia de reforzar su delantera, River acelera gestiones en el mercado de pases. Marcelo Gallardo tiene claro que el equipo necesita un delantero que aporte energía, movilidad y gol en los momentos decisivos. Además de querer reforzar la línea de atrás y traer a un volante creativo, una de sus máximas prioridades es Maximiliano Salas, la figura de Racing.
Salas, de 27 años, se ganó un lugar en la Academia gracias a su capacidad para sorprender en diagonal, su potencia en el uno contra uno y una notable eficacia en el último toque. Desde su llegada a Avellaneda a comienzos de 2024, disputó 76 partidos y anotó 13 goles. Sin embargo, su cláusula de rescisión de 8 millones de dólares y la renovación reciente de su contrato hasta diciembre de 2026 complicaron la operación.
River le ofrece a Adam Bareiro a Racing a cambio de Maxi Salas
Es en este contexto que River ideó una estrategia alternativa para convencer a Racing: ofrecerle a Adam Bareiro como parte de la negociación. Bareiro, delantero paraguayo de 28 años, debe regresar a Núñez tras su préstamo en Al-Rayyan de Qatar, donde marcó seis goles y repartió cinco asistencias en 17 encuentros. Su paso por River en 2024 estuvo lejos de las expectativas (16 partidos sin convertir y solo una asistencia), y será difícil que Gallardo lo tenga en cuenta.
De concretarse el trueque, River daría de baja un problema con Bareiro, a quien no tiene contemplado en la lista para el Mundial de Clubes (y le ocupa un cupo de extranjero), y al mismo tiempo se llevaría a un Salas que ya expresó su simpatía por la camiseta millonaria. La propuesta consiste en un intercambio “mano a mano” o con un plus económico que las partes definan, de modo de equiparar la diferencia entre la cláusula de Salas y el costo de Bareiro.
La clave estará en la disposición de Racing a aceptar a Bareiro. En River mantienen confianza, ya que Salas ya habría dado el visto bueno para la operación, y ve con buenos ojos el salto de calidad que supone reforzar a un club con proyección continental. Pero la decisión final recae en Racing y en su voluntad de desprenderse de uno de sus líderes ofensivos a cambio de un jugador con el desafío de reivindicarse.