Los jugadores del “Millonario” colmaron el área de gente, pero nadie tomó al delantero uruguayo. Luis Advíncula conectó con él y Franco Armani no tuvo nada que hacer.
Estamos viviendo un partido verdaderamente hermoso en el Estadio Mario Alberto Kempes. En una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino, River Plate y Boca Juniors están igualando 1-1 al término del primer tiempo en los cuartos de final de la Copa de la Liga 2024. No hay mañana: el que gana, avanza a la semifinal; el que pierde, se quedará con las ganas de ser campeón. Si el empate persiste, todo se define desde el punto penal.
El “Millonario” golpeó primero gracias a Miguel Ángel Borja, el gran goleador que tiene el campeonato. Luego de una salida muy buena desde campo propio, Claudio Echeverri condujo un contragolpe letal a los 10 minutos. Una vez que Marcos Rojo quiso salir a presionarlo, soltó la pelota y dejó mano a mano al “Colibrí” con Sergio Romero. El 9, una vez más, no falló, definió con categoría y estampó el 1-0 para abrir el encuentro.
El gol de Miguel Merentiel para el 1-1 ante River
El “Xeneize” de Diego Martínez se vio obligado a salir a buscar el empate y, lejos de desesperarse, fue fiel a su estilo y siguió jugando como lo viene haciendo desde principio de año. Es así que, luego de algunos avisos, pudo llegar a la igualdad que le lleva tranquilidad a sus hinchas. Justo en el último minuto de la primera parte, los de la Ribera aprovecharon una fuerte desatención defensiva de los de Núñez y se fueron al entretiempo con el ansiado 1-1.
Luis Advíncula se juntó con Jabes Saralegui por la banda derecha, algo que no había sucedido durante todo el primer tiempo, y tuvieron premio. El lateral peruano ganó la cuerda, desbordó, ingresó al área y tiró el centro atrás esperando la aparición de un compañero. Con Edinson Cavani casi a la altura de Franco Armani, había 3 jugadores de River para marcar a Miguel Merentiel, que estaba en el punto penal. Nadie lo tomó.
La “Bestia”, ni lenta ni perezosa, sacó provecho de la situación y definió de zurda para establecer el empate parcial. En el festejo, gritó el gol con muchísima bronca, se besó el escudo, se abrazó con el otro uruguayo y levantó al público “Xeneize”. Este fue su primer tanto en un Superclásico y el segundo que le marca al “Millonario”. ¿El anterior? Con la camiseta de Defensa y Justicia en El Monumental, en una noche en la que se ganó el apodo que lo acompaña hoy en día.