El mediocampista y referente del Pincha, que entre semana dio que hablar por su cruce con el capitán del Lobo, fue el autor del 1-0 para los locales.
En el Estadio Jorge Luis Hirschi, Estudiantes y Gimnasia están protagonizando una nueva edición del clásico de La Plata. Esta vez, en el marco de la octava fecha de la Liga Profesional de Fútbol 2024. El encuentro fue muy parejo durante todo el primer tiempo, pero de cara al complemento todo cambió drásticamente. El conjunto visitante salió dormido, algo que fue aprovechado al máximo por los de Eduardo Domínguez.
Cuando corrían apenas 40 segundos, el Pincha se puso por encima en el marcador a través de Santiago Ascacibar, capitán y referente del plantel. Luego de un desborde de Luciano Giménez, quien ingresó desde el banco en el entretiempo, la pelota le quedó al Rusito en la puerta del área tras un rebote. Obviamente, el mediocampista no dudó: pateó de primera intención y tuvo recompensa.
A pesar de que un defensor quiso bloquearlo, llegó tarde y el 5 estampó el primer gol de la tarde en Uno. Si bien su disparo no fue perfecto ni esquinado, se desvió en el camino y esto descolocó a Nelson Insfrán, que nada pudo hacer para evitar la caída de su arco. En el festejo, además de gritarlo con almada y vida, Ascacibar mostró la camiseta de Mauro Méndez, quien sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.
El cruce entre Ascacibar y Morales en la semana

Cabe recordar que Santiago Ascacibar fue protagonista de un intenso cruce con Morales, capitán de Gimnasia, en la previa del clásico. El futbolista tripero le negó el saludo en la conferencia de prensa que realizaron juntos y le puso picante a esta hermosa rivalidad que existe en La Plata. Además, se los vio discutiendo y los separaron de manera preventiva para que no se peleen a golpes de puño.
El segundo y el tecero, obra de Guido Carrillo
Un ratito después, y aprovechando que Gimnasia directamente no salió a jugar el segundo tiempo, Guido Carrillo estableció el segundo y el tercero para Estudiantes. Primero, con un extraordinario cabezazo dentro del área; posteriormente, a través de un tremendo zapatazo de media distancia que agarró mal parado al arquero tripero.