El director técnico de Boca Juniors le dio confianza a los dos pibes de la casa y no le fallaron: jugaron un partidazo ante River Plate y fueron fundamentales para explicar el empate.
En el partido correspondiente a la fecha siete de la Copa de la Liga 2024, River Plate y Boca Juniors igualaron 1-1 en una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino. El Estadio Mâs Monumental se vistió de gala para un duelo emocionante y cambiante: los locales abrieron el marcador a través de Pablo Solari y estaban encaminados a llevarse el triunfo; sin embargo, la visita llegó a empate a través de Cristian Medina y hasta estuvo cerca de ganarlo.
Diego Martínez, director técnico del “Xeneize”, paró un once más que interesante frente al “Millonario”. Hizo varias apuestas y podríamos decir que le salieron bien. Ya hablamos sobre Jabes Saralegui y Lautaro Blanco, por lo que ahora pondremos la lupa en el centro del mediocampo. Ezequiel Fernández y Medina, el autor del gol, fueron los elegidos por el entrenador para armar juego. ¿Cómo lo hicieron?
Equi Fernández y Medina, figuras de Boca ante River

Ante la lesión de Guillermo “Pol” Fernández, el DT tomó la decisión de quitar a Jorman Campuzano del equipo y darle la oportunidad a los dos pibes de la casa. Ezequiel Fernández y Cristian Medina, entonces, fueron titulares y, como no podía ser de otra manera, cumplieron a la perfección. Ambos estuvieron muy finos con la pelota, manejaron los hilos del partido y participaron del tanto que le dio el empate a Boca Juniors.
Hablemos de “Equi”: se desempeñó como único 5 y dio cátedra de cómo se juega un Superclásico. Según Sofascore, tocó 67 pelotas, registró un 91% de efectividad en pases (42 correctos sobre 46), entregó 5 pases largos (sobre 6 intentos), ganó 6 duelos y recuperó 4 balones. Fue la rueda de auxilio del “Xeneize” en la salida y, aunque pocos se dieron cuenta, fue quien inició la jugada del gol. Con su jerarquía distintiva, presten atención a lo que hizo en su propio campo con la presión de dos jugadores rivales.
Por otra parte, Medina levantó notablemente su nivel: venía de tener un flojísimo rendimiento ante Lanús, pero contra River recuperó la memoria. Además de haber estampado el 1-1, fue el futbolista de Boca que mejor entendió los momentos del partido. Pidió siempre el balón, se hizo cargo del ataque de su equipo y fue una verdadera pesadilla para los mediocampistas del “Millo”. Fue, sin ninguna duda, la gran figura del “Xeneize”.