Mariano Troilo, defensor de 20 años con tan solo 15 partidos en Primera, le entregó la pelota directamente a Solari para que asista en el gol.
Hay jugadas que vemos y nos hacen preguntarnos: ¿hace falta siempre salir jugando? Está claro que hace años se viene haciendo más y más común que los equipos decidan, casi a cada momento, salir desde abajo a los pases, en lugar de dividir el balón con un pelotazo, incluso cuando se trata de un equipo inferior a su rival, que lo peor que le puede pasar es encajar un gol de esta manera. Lo mencionamos porque es exactamente lo que le pasó a Belgrano, contra River Plate.
El “Pirata” viajó hasta el barrio de Núñez para visitar al “Millonario” en el Estadio Monumental, en un partido que fue significativo para uno de sus futbolistas, Ariel Rojas, que fue homenajeado por el equipo local con motivo de su retiro. Se vieron las caras en el contexto de la segunda fecha de la Liga Profesional de Fútbol, y si bien el conjunto dirigido por Juan Cruz Real partía como la posible víctima, se descuidó demasiado en su propia área y le regaló al rival su primer gol.
Belgrano le regaló el 1-0 a River
La primera mitad fue casi un monólogo del elenco dirigido por Martín Demichelis. Tuvieron la posesión, hubo muchísima claridad en su juego y efectividad en sus pases, y generaron varias ocasiones, que el arquero Nahuel Losada se encargó de desviar. Belgrano venía zafando de la mejor manera, pero lo único que le hacía falta al local era un momento de desconcentración para tener una incidencia en el marcador, y eso eventualmente sucedió.
Al minuto 35 del partido, Belgrano tiró por la borda todo lo que venían trabajando desde el minuto 0 defensivamente. Losada se la dio al defensor central Mariano Troilo, de 20 años y con apenas 15 partidos en Primera División, para que salga jugando. Cometió el error de dejar corta su entrega, que fue interceptada por el siempre atento y veloz Pablo Solari. El delantero solo tuvo que dársela a Claudio “Diablito” Echeverri, quien lo eludió a Troilo y marcó con un derechazo contra el palo.
Mariano Troilo está siendo observado contra River
El error de Troilo, que más adelante fue amonestado, fue doble: entregó la pelota al rival en las puertas de su área, y se comió el amague de Echeverri para darle el gol a River. Lo desafortunado es que esta jugada sucedió bajo la mirada de scouters de Torino y Frosinone, los dos equipos de la Serie A que enviaron ojeadores al Monumental para verlo en acción. Seguramente no fue la mejor primera impresión, pero no hay que reducir toda la calidad del futbolista a una jugada puntual.